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viernes, 10 de abril de 2015

Casa Baladrar, de Langarita-Navarro Arquitectos. Vitrogres mosaico triangular.




Langarita-Navarro Arquitectos ha proyectado la casa Baladrar en Benissa (Alicante), una vivienda unifamiliar abierta, construida en hormigón visto, que se apoya sobre las terrazas existentes y se comunica en un dialogo constante con el entrono que la rodea, habitando el paisaje rocoso del litoral levantino.











La cala del Baladrar es una puerta al Mediterráneo dominada por la luminosidad y por el perfil que dibujan los pinos que se asoman desde las rocas al azul. En este territorio litoral levantino, el urbanismo se desarrolla en extensión superficial con un hábitat disperso y de alta densidad, que sigue una especie de modelo de ciudad difusa, poblada especialmente por europeos del norte que llegan al sur atraídos por el sol, el mar, el clima o la proximidad de los servicios.













La promesa de experiencias relajadas y hedonistas cautiva tanto a turistas de temporada como a residentes estables que ven consumadas sus expectativas en escenarios de jazmín y buganvillas. 







La casa se apoya sobre los aterrazamientos existentes de ascendencia agrícola que salvan la fuerte pendiente del solar. La diferencia de altura de la parcela permite desde la cota superior obtener unas esplendidas vistas lejanas del mar mientras la parte inferior se asoma al cauce asilvestrado de un arroyo que desemboca en una cala de cantos rodados. 






La vivienda se alía con las vistas y la brisa y aprovecha los desniveles y la vegetación para construir los rincones en los que desplegar actividades simultaneas a lo largo del día y la noche. Se han conservado los arboles existentes y se han aportado nuevas especies para conquistar la exuberancia onírica prometida. 
Los espacios interiores se organizan en cascada, dejando en la parte superior las zonas públicas asociadas a terrazas miradores y en la inferior las habitaciones conectadas con el jardín y la piscina.


El detalle propuesto para los huecos elimina la presencia del vidrio cuando están abiertos, lo que permite entender la casa como un enorme porche que da continuidad a las actividades exteriores en el interior.
La construcción aprovecha la inercia térmica del hormigón y la piedra, y la combina con la ligereza de las celosías verde aguacate y el mosaico vítreo para proporcionar ambientes frescos y ventilados. La geometría y materialidad mineral se mira en el imponente Peñón de Ifach y responde al deseo de viajar en el tiempo con el mínimo mantenimiento.








Para la fachada exterior se ha contado con nuestro exclusivo mosaico triangular en color 06 A blanco brillo, juagando con junta a color con la rejilla, con un espectacular resultado.
Y para la piscina con un mosaico en formato cuadrado y color turquesa acorde con la luminosidad del entorno.